Decepción y polémica

El FC Barcelona cae por la mínima contra el Inter y se complica la clasificación a octavos de final (1-0)

Los jugadores del Barça lamentando la derrota | Marca

El Giuseppe Meazza volvió a ser un estadio con mal recuerdo para los azulgranas. Un “dejavu” en muchos aspectos de aquel Inter-Barça de 2010. Al Barça se le escapa una oportunidad de oro para abandonar los fantasmas de Europa y a la vez de poner viento en popa la fase de grupos. A los de Xavi les mancó convicción y concentración en una primera parte para el olvido en la que salieron dormidos. El técnico egarense afirmó que “no se podía fallar” y que “había que ser valientes”. Ninguna de las dos cosas acabaron ejecutándose. El juego del Barça brilló por su ausencia, especialmente en una nefasta primera parte en la que no consiguieron crear sinergia. Pedri fue de lo poco destacable de los culers. El FC Barcelona no tuvo amplitud con unas actuaciones discretas de los extremos con un Raphinha ausente y un Dembélé errático. El termómetro del Barça tiene nombre, Lewandowski. El polaco no apareció y dio señales de la falta de sintonía en el día de ayer.

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INTER: Onana; Skriniar, De Vrij, Bastoni; Darmián, Barella, Mikitharian, Calhanoglu, DiMarco; Lautaro, Correa.

FC BARCELONA: Ter Stegen; Sergi Roberto, Christensen, Eric García, Marcos Alonso; Busquets, Pedri, Gavi; Raphinha, Lewandowski, Dembélé.

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El partido se desenvolvió como el Inter quiso. Los “neroazzuro” avisaron primero mediante Calhanoglu y Di Marco y fueron acercándose a los dominios de Ter Stegen. Pasados los 20 minutos de juego, un milimétrico fuera de juego de Lautaro permitió que el VAR invalidara un penalti por manos de Eric García. Unos instantes más tarde, el Inter se avanzó mediante Correa pero el asistente señaló “off-side”. Hubo un antes y un después con estas dos acciones. El Barça decayó y el Inter contagiado de sus “tifosi” se vino arriba. En tiempo de descuento del primer tiempo, un disparo raso y potente de Calhanoglu desde la frontal del área avanzó a los italianos.

En el primer tiempo, el pésimo juego del FC Barcelona fue el protagonista en una sus peores versiones de la temporada. Sin embargo, en la segunda parte fueron las decisiones del colegiado Slavko Vincic y el del VAR Pol van Boekel. Los azulgranas mejoraron relativamente desde la entrada de Balde y Ansu Fati al verde del Giuseppe Meazza. Los canteranos dieron un plus de energía y electricidad a un Barça que hasta entonces pecó de inocente y previsible. Fueron varios los centros errados de Dembélé hasta que Onana hizo una “cantada” y permitió que Pedri chutara el esférico a la red para el 1-1. Eso ocurrió antes de que el VAR detectara que Ansu Fati rozó ligeramente el balón previamente al disparo de Pedri.

El golpe psicológico fue tal que la esperanza de la mejoría del juego se trasladó a la rabia y la desesperación. Las malas noticias también se añadieron a la enfermería del Barça. Christensen tuvo que ser sustituido por Gerard Piqué por una lesión en el ligamento externo del tobillo izquierdo. El tiempo se acababa y el FC Barcelona se lanzó a la desesperada a por el empate. El marcador favorable permitió al Inter desplegar un “catenaccio” genuino en el que enrocó a los culers. La acción de la noche se dio en el tiempo de descuento. En un centro de Sergi Roberto, el lateral del Inter Dumfries desplazó la trayectoria del balón con la mano pero el árbitro no lo consideró pena máxima. Ni tan siquiera fue a revisarlo en la pantalla del VAR ante la indignación e incomprensión de unos futbolistas del Barça que se echaron las manos a la cabeza.

El 1-0 de Calhanoglu valió para sellar la victoria de un Inter que necesitó bien poco para derrotar a un Barça infortunio y decepcionante. Los de Xavi, se lo jugarán todo a una carta en los próximos tres encuentros de lo que resta de fase de grupos si quieren estar en el sorteo de octavos de final. El primer paso será vengarse del mismo Inter el próximo miércoles en el Camp Nou.