El Barcelona, a la final contra el Madrid
- Pau Pedraza Sopena
- 13 ene 2023
- 3 Min. de lectura
El Betis empata dos veces el partido, pero los penales clasifican a la final de la Supercopa de España al Barça en un partido ideal para el aficionado neutro

El Barcelona se clasifica la final de la Supercopa de España. Jugada en Riad, Arabia Saudí, el nuevo modelo de la competición de Rubiales aterrizó en el país islámico para enfrontar al campeón de la Copa del Rey, Betis, y el subcampeón de la Liga, el Barça. Con una grada semivacía y con lonas gigantes tapando los dos goles de ambas porterías, en las localidades del King Fahd International Stadium no predominaba ni el verdiblanco ni el azulgrana, donde pocos aficionados españoles se desplazaron a Riad.
El reloj acababa de marcar los 23 minutos cuando Pedri asustó al Betis con un gol anulado por fuera de juego previo de Raphinha. El brasileño, al recibir un pase para dar la asistencia, se posicionó en orsay por un trozo de uña. La tecnología ha venido para cambiar el fútbol, pero no para matarlo. Con un Dembélé fuera de serie, los azulgrana estuvieron acertados en el centro del campo, filtrando pases y corriendo el balón. La defensa supo anticiparse a las jugadas con un Araujo que parecía que no había estado tres meses lesionado.
Lewandowski no estuvo acertado de cara a portería. Dembélé llevaba puestas las botas del polaco y el polaco las del francés. La hostilidad se abrió a la media hora de partido, cuando Ter Stegen paró un remate de Pezzella proveniente de un córner. El Betis supo cómo hacer daño a los culés, pero no se esperaba tener al guardameta alemán a su nivel de 2018, parando todo lo imparable.
La intensidad del duelo se intensificó. Dembélé hacía magia en el extremo izquierdo del campo, con filigranas y juego con ambas piernas. Los de Pellegrini optaron por la vía a balón parado, ocasionando algún que otro susto a los pocos aficionados azulgrana españoles que viajaron a Riad. Las estadísticas en los chutes iban subiendo hasta que llegó Lewandowski. No tuvo un partido acertado entre los tres palos, pero en una contra, Dembélé recibió un balón en largo, se fue de Ruibal, jugó raso para el polaco en el área, el punta disparó, pero la bola dio a Luiz Felipe. El ‘9’ supo recoger el rebote que quedó suelto y lo remató, a bocajarro, al fondo de la red.
El discurso en ambos vestuarios no cambió el guion del partido. La misma presión, los mismos pases y la misma efectividad. El Betis se fue acercando hasta que encontró su premio. Luiz Enrique en el balcón interior del área, donde amagó dos veces con una pisadita para habilitar a su compañero y que Fekir llegase para rematar, de primeras y con el interior de la zurda, al palo corto del portero alemán. Un gol que valió una prórroga.
No pasaron ni cinco minutos cuando Ansu Fati maravilló a todo el mundo con un zurdazo de puro delantero centro. Tras un rechace bético, el esférico voló hasta llegarle a la pierna mala del delantero andaluz que, sin miramientos, cargó la pierna usando el empeine de la bota y apuró el cuero al palo largo de Claudio Bravo. El Barça pensó que tenía el partido ganado, hasta que un taconazo de Loren Morón cinco minutos después puso en tablas el partido. Luiz Henrique intentó rematar a un costado del área, pero el balón cayó en el regazo del ‘21’ que, con la presión de Araujo por detrás y de espaldas, marcó el tanto del empate.
La intensidad fue bajando mientras pasaban los minutos. Era evidente que la prórroga gastara físicamente a ambos jugadores. Los azulgrana tuvieron el dominio en los últimos 15 minutos, pero no supieron encontrar portería y se fueron a los penales. Los fallos de Juanmi y Carvalho y los aciertos de Lewandowski, Kessié, Ansu Fati y Pedri dieron el pase a la final. El clásico Clásico de la Supercopa de España se vuelve a repetir, en Arabia Saudí.
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