Inmersos en la mediocridad
- Oriol Alsina Anguís
- 21 feb 2021
- 2 Min. de lectura
El Barça se deja 2 puntos en casa y tira por la borda una oportunidad de oro para luchar la Liga

Después del bochorno en Champions del martes contra el PSG llegaba la competición liguera. Gracias a la derrota en casa del Atlético contra el Levante iluminó los rostros de los culés más optimistas o ingenuos sabiendo que su equipo se podía poner a 6 puntos. Como de costumbre estos años, el equipo no correspondió en un momento clave de la temporada y desperdicia una ocasión histórica de plantar la candidatura al título de Liga.
Koeman salió de inicio con exactamente el mismo once que hizo el ridículo contra el PSG, pensando que sus jugadores tendrían la decencia de dar otra versión. No hay excusas. El Barça adormece y aburre a las ovejas y más en un horario que ayudaron a echar una siesta a más de algún espectador. Tanto en la primera como la segunda parte se vio un equipo sin ideas y sin fundamento alguno, enrocado en medio campo y sin soluciones claras en ataque. El Cádiz hubiera dejado en bandeja de plata la victoria a cualquier plantilla con cara y ojos pero ese no es el caso de los azulgranas. El entrenador del Cádiz lo tuvo muy fácil. Viendo la parsimonia del Barça y su poca resolución en el último tercio de campo se encerraron y dejaron pasar el tiempo.
El FC Barcelona tiene un grave problema multifactorial. En 2 partidos, 2 goles. Los 2 de penalti. Este dato escenifica la situación de un equipo sin alma y que no sabe ni hacia dónde va. Messi fue el único que intentó algo y logró convertir la pena máxima en la primera parte pero está menos arropado que nunca. La pobre confección de plantilla, la desconfianza en la Masía y el despilfarro de dinero en fichajes de Barto y compañía hace efecto desde hace tiempo en Europa, pero ahora de forma mediocre continuamente. Los nombres no ganan títulos, un equipo cohesionado sí.
El partido tan soporífero demuestra que no les da ni para competir contra el Cádiz. Tras una segunda parte sosa, Lenglet quiso volver a hacer de las suyas y dejar su huella con sus errores defensivos habituales. Rubén Sobrino cayó en el área y señaló pena máxima en el 87’ que fue transformada por Álex Fernández dando el tanto del empate y el definitivo para el cuadro gaditano.
Ridículo espantoso. La Liga se pone muy difícil a 8 puntos aún del Atlético y con el Sevilla detrás pisando los talones. Próximo partido el miércoles a las 19h contra el Elche.
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