Triunfo de campeón
- Josep Cabedo
- 22 sept 2022
- 3 Min. de lectura
El Barça gana en el Palau 32 a 28 al Kielce de Talant Dujshebaev

A las nueve menos cuarto empezaba, podríamos decir, sin equivocarnos, el mejor partido de balonmano del mundo del momento. Un encuentro entre el Futbol Club Barcelona y el Łomża Industria Kielce. Estos dos equipos jugaron la final de la Champions del año pasado. Un partido que llegó hasta los penaltis y acabó con victoria azulgrana.
Pero no todos los recuerdos son buenos para el conjunto catalán. La temporada pasada el equipo de Antonio Carlos Ortega no fue capaz de ganar al Kielce en la fase regular, y los de Talant Dujshebaev rompieron una de las mayores rachas en el balonmano europeo. Consiguió ganar al Barça en el Palau, en un partido de Champions, cinco años después.
Antes de empezar el partido, los dos entrenadores hablaron entre sí, junto con el médico del Barça, José Antonio Gutiérrez ‘Guti’. La conversación fue larga, pero a la vez distendida, incluso salió alguna mueca y alguna risa por parte de los gestores de banquillo.
Alienaciones FC Barcelona - Łomża Industria Kielce
FC Barcelona: Nielsen, Wanne, N’Guessan, Petrus, Fábregas, Mem, Aleix
Łomża Industria Kielce: Wolf, Nahi, A. Dujshebaev, Karalek, Karacic, Sicko, Kounkoud
Los primeros instantes fueron igualados, pero la balanza poco a poco parecía que se iba decantando hacia Polonia. El Barça en las primeras defensas recibió muchas exclusiones de dos minutos, llegó a defender con solo cuatro jugadores. Pero el equipo de Ortega no perdió la calma, y en un arreón azulgrana igualó la contienda y se puso por delante en el marcador.
Una vez el Barça consiguió hacerse con las riendas del partido ya no las soltó. Desde este momento se vio a un Barça que le salía todo y un Kielce que estaba estancado en ataque y espeso en defensa. La espesura por eso no fue fruto de la casualidad. Emil Nielsen hizo un recital. Los polacos no podían anotar ni de penal. Si la porteria barcelonesa estaba a gran nivel, la del Kielce no. Wolff no encontraba la manera de atajar los lanzamientos azulgranas. Talat decidió cambiarle y hacer entrar en su lugar a Kornecki.
El partido llegó al descanso con un Barça que ya ganaba por cinco goles. Los árbitros suecos señalaban el camino hacia los vestuarios con un 18 a 13 en el marcador del Palau Blaugrana.

En el inicio de la segunda mitad la dinámica no era la misma que en los primeros treinta minutos. Los polacos apretaron mucho intentando achicar la distancia en el marcador. El Barça salió un poco relajado del descanso, y parecía que se mascaba la tragedia, pero poco a poco, minuto a minuto, los de Carlos Ortega volvieron a entrar en dinámica de partido, gracias a pequeños ajustes.
Pero cuando las cosas parecían ir bien para el Barça, el partido siguió ajustado, sobre todo debido a la gran defensa del Kielce y la aparición, ahora si, de Andreas Wolff. La diferencia llegó a ser mínima. Con un 21 a 20 en el minuto 43 de partido, el entrenador blaugrana pidió tiempo muerto para aclarar las ideas y enderezar el rumbo de su equipo. Después de una gran primera parte, Nielsen fue sustituido en el tiempo muerto. Entraba en cancha el capitán Gonzalo Perez de Vargas. Los tres primeros lanzamientos los paró, y daba vida a su equipo.

Gracias a las intervenciones de Gonzalo, el Barça recuperó los ánimos. Pero no solo era el capitán quien levantó los ánimos, el banquillo (más entregado que nunca), los aficionados y los Dracs también formaron parte.
El Barça supo cerrar un partido que se complicó al final con la expulsión de Luis Frade. El jugador se fue antes a casa después de recibir una roja. Este percance dio un plus a los azulgranas que supieron mantener la ventaja. En los minutos finales el Kielce probó con una defensa individual a toda la pista, pero no funcionó. El partido terminó con un 32 a 28 a su favor.
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